viernes, 18 de julio de 2014



Un Tipo entra a una zapatería y se le acerca el vendedor:
-Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle señor?
-Quiero unos zapatos del número 42.
-Verá, señor, no es por llevarle la contraria, pero a simple vista puedo ver que usted calza al menos 46.
-Eso no me importa, yo quiero un número 42, si no, no compro nada y me voy a otro almacén.
-Está bien (le contesta el vendedor con cara de asombro).
El que atiende le trae unos zapatos del número 42; el hombre se los prueba y le dice:
-Perfecto, me los llevo puestos.
Cuando va de salida del almacén, el vendedor se da cuenta de que el hombre va sufriendo porque los zapatos le aprietan mucho. El vendedor, intrigado de por qué compró unos zapatos tan pequeños, se le acerca y le dice:
-Señor, disculpe, pero no me puedo quedar con la intriga, ¿cómo es que compra sus zapatos tan pequeños, si se ve que está sufriendo porque no le quedan bien?
- Mire, le voy a contar mi historia: mi mujer me engaña con un compañero de trabajo; mi hija es prostituta; mi hijo es maricón; mi suegra vive con nosotros y me tira en cara la culpa de todos los problemas familiares... ¡El único placer que tengo en esta vida es llegar a casa y quitarme estos malditos zapatos!