jueves, 23 de abril de 2009

Conversación entre Uribe y su Secretario de Prensa Cesar Mauricio sobre el Periodista Coronell:
Uribe:— ¡Se metió con mi familia!
Cesar Mauricio:— Sí, Señor Presidente.
— Este marica se metió con mis hijos.
— Sí, Señor Presidente.
— Marica terrorista.
— Sí, Señor Presidente.
— Un HP terrorista que quiere tumbar el gobierno, aliado con LAFAR. Hay que joderlo como sea.
— Si, Señor Presidente.
— Que el DAS averigüe todo sobre ese marica, y sobre la mujer.
— Lo que pasa, Señor Presidente…
— "Lo que pasa", ¿qué? Marica, ahora me va a decir qué, ¿que no se puede?
— No se puede… mejor dicho, Sr. Presidente, sí se puede, pero…
— ¿Pero qué, marica?
— Que el DAS está siendo investigado por la Fiscalía y…
— Ese HP volteado de Iguarán, después de que le di de comer.
— Sí, Señor Presidente.
— Así son todos esos HP.
— Sí, Señor Presidente.
— Llámeme a Santos, que inteligencia militar joda a ese HP.
— ¿Al Dr. Juan Manuel?
— Sí, huevón, no va a ser al otro que no hace sino cagarla cada vez que abre la jeta.
— Sí, Señor Presidente, lo que pasa es que el Dr. Juan Manuel…
— ¿Qué?
— Pues con eso de los falsos positivos, pues…
— ¿Pues qué?
— Pues lo están investigando.
— Entonces que a ese marica lo joda Ordóñez. ¿Por qué me mira así, marica?
— Es que Coronell no es empleado público, es periodista y la Procuraduría no puede…
— ¿Y es que ese HP puede decir lo que se le dé la gana y no se le puede hacer nada?
— No, Señor Presidente.
— Entonces hay que denunciarlo por terrorismo.
— ¿Ante la Fiscalía?
— A donde sea, que se encargue Bernal de esa mierda.
— Pero es que él fue abogado de DMG…
— ¡HP vida! ¿Entonces qué querés? ¿Que me quede con la jeta callada?
— No, Señor Presidente.
— ¡Qué presidente ni qué culo! ¿Me quedó grande ese malparido?
— No, Señor Presidente.
— Que se reúna la bancada. A ese terrorista hay que callarle la jeta como sea.
— Sí, Señor Presidente.
— ¡Llámeme a esa vieja de los seguros!
— ¿De los seguros?
— A la que elegimos para la Corte Constitucional. ¿Ya se posesionó?
— No sé, Señor Presidente.
— Pues averigüe, huevón. Sirva para algo.
— Sí, Señor Presidente.
— Que nos diga cómo se puede meter a esos HP periodistas en cintura sin joder la Constitución.
— Lo que pasa es que…
— Otra vez con la huevonada…
— No, Señor Presidente. Lo que pasa es que ella no sabe de derecho constitucional.
— ¿Y entonces a qué la mandamos a esa mierda?
— Para que lo apoyara, señor Presidente.
— Vida tan HP. ¿Entonces qué? ¿Me quedo manicruzado?
— No, Señor Presidente.
— ¿Y esos huevones dónde están?
— ¿Cuáles huevones, Señor Presidente?
— ¡Mis hijos!
— No sé, Señor Presidente.
— Pues búsquelos, marica. ¿O es que lo tengo aquí de adorno sólo para leer comunicados?
— No, Señor Presidente.
— No sirven para un culo. Sólo para joderme la vida.
— No, Señor Presidente. Mejor dicho, sí, Señor Presidente.
— Mi valeriana.
— No hay, Señor Presidente.
— ¿Cómo que no hay, marica?
— Como es un calmante y usted dijo que todo eso había que venderlo con receta médica.
— ¡HP CORONELL!