viernes, 15 de marzo de 2013


Un famoso gay, que tantas veces había dado y tantas otras recibido, un buen día muere y llega en
presencia de San Pedro. El Santo le dice, de manera paternal:
-"Querido hijo, para entrar al paraíso deberás responder a mi pregunta, para la cual seguramente no estás todavía 
preparado. Mientras tanto, toma esta pastilla". Y le da un comprimido blanco del tamaño de un
botoncito,
-"Vuelve a la tierra y tómala con un poco de agua, luego, vuelve a mí".
El mariconazo, estupefacto, lleva a cabo la orden y, después de algunos minutos, comienza a sentir un gran malestar estomacal, corre al
baño, donde se libera en una terrible y maloliente diarrea por 10 minutos seguidos.
Una vez terminada, se reencuentra, blanco y demacrado, frente a San Pedro, que lo mira con ojo clínico, y le dice:
-"Aún no te encuentro listo", y le da una pastilla del tamaño de un fríjol y lo invita a comportarse como la vez anterior.
Esta vez, el efecto de la pastilla es terrible: el mariconazo caga diarrea ininterrumpidamente por 3 horas, y luego, extenuado, se encuentra delante del Santo.
Después de un atento examen, San Pedro le dice:
-"Todavía no estás llisto", y le da otra pastilla, ahora de la dimensión de una nuez.
El efecto es horroroso, espantoso, bestial... una megacagada de 12 horas,
con fisura y hemorroides múltiples. El maricón, ya convertido en una larva humana, vuelve delante del Santo hombre, quien lo mira, aprueba con
la cabeza y le dice:
-"Sí, sí, ahora seguramente estás listo para mi pregunta: ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿has entendido para qué sirve el CULO ????