martes, 28 de junio de 2011

Aporte de Claudia Herrera desde New York - USA.

El árabe jamás había pagado una deuda en su vida, y el judío jamás había perdido un centavo en nada.

El árabe no le devolvía el préstamo que le había hecho el Judío y se le había estado escondiendo hasta que un día se encontraron en el bar de un pastuso.

Empezaron a discutir, y el árabe acorralado, no encontró otra salida y sacó una pistola se la puso en la sien y dijo:

-¡Podré irme al infierno, pero no pagaré esta deuda! apretó el gatillo y cayó muerto..

El judío sin ser menos, agarró la pistola, se la puso en la sien y dijo:

-¡Cobraré ese dinero así sea en el infierno! apretó el gatillo y cayó muerto.

El pastuso, que observó todo, tomó la pistola, se la puso en la sien y dijo:

-¡!Achuchuuy !!!,Por nada del mundo me pierdo esta pelea! ...y ....PUM!!!