viernes, 27 de abril de 2012


Una anciana pareja estaba celebrando su aniversario de bodas número 50.  Por eso, decidieron volver al pequeño pueblo donde se habían conocido.
Sentado junto a ellos, en un café, estaba el policía local que los escuchaba discretamente y se sonreía mientras ellos hablaban...
- "¿Recuerdas la primera vez que hicimos el amor mijo? Fue sobre ese prado que está al otro lado de la carretera, cuando te puse contra esa reja que todavía esta ahí."
- "¿Por qué no lo hacemos otra vez por los viejos tiempos?", propuso el veterano.
Salieron del café y cruzaron hasta el prado.  Cuidando que nadie los viera, el viejo tomó a su mujer y, cuando estuvieron desnudos, la apoyó contra la reja.
El policía, que los seguía observando, no podía creer lo que veía. 
Con la vitalidad de una jovencita de 15, la mujer se movía violentamente de arriba a abajo, agitaba la cadera, arqueaba el espinazo, mientras que el marido se convulsionaba como un salvaje de frente, para atrás, para arriba, por abajo y para los lados.
Siguieron así durante un buen rato hasta que ambos cayeron al  suelo sin movimiento, totalmente exhaustos después de la inolvidable maratón.
El policía que los había seguido con precaución se sonrió, pensando cuán románticos eran y que lo mejor sería asegurarse de que no se hiciesen daño.
Más tarde el policía se le acercó al viejo y le dijo:
- "Que pena señor el meterme en su vida privada pero yo he sido testigo de un gran momento amoroso.  Ha sido la forma de hacer el amor más bonita e increíble que he visto en mi vida... Ustedes debieron ser una pareja muy energética y salvaje cuando eran jóvenes."
- "No, realmente", repuso el viejo. Y añadió:
- "Cuándo nosotros éramos jóvenes, esa hijueputa reja  no era eléctrica!!!"