miércoles, 13 de octubre de 2010

Aporte de Rosario Ramírez desde Cali - Colombia.

Marc Marco tiene 95 años y vive en un asilo de ancianos. Todas las

noches después de cenar, se recluye en un sector rincón del

jardín. Una noche, María, de 87 años, se le acerca. Comienzan a

charlar y él le dice a ella:

- ¿"Sabes que es lo que más añoro de todo"?

- ¿Que? - dice María

- ¡El SEXO! - dice Marco. Con cara de tristeza María exclama:

- “¡Pero viejo!, ¡si no se te levantaría ni aun apuntándote con una pistola a la cabeza!”

- Ya lo sé… dijo Marco, pero me encantaría que una mujer me la sostuviera, aunque sólo fuera por un rato...

- "Bueno, yo puedo ayudarte", dijo María;

y uniendo el gesto a la palabra...le baja la cremallera…le saca suavemente el miembrito y se lo mantiene en la palma de la mano.

La cara de Marco era de ¡placer absoluto! Y acuerdan encontrarse secretamente en el jardín cada noche, donde se sentarían a charlar y María se lo sostendría por un rato.

Una noche, sin embargo, Marco no apareció en el lugar a la hora convenida... Alarmada, María empezó a buscarlo por todos lados para asegurarse de que estuviera bien.

Terminó por encontrarlo sentado al borde de la piscina, junto a Paquita, otra compañerita de 78 años, quien estaba sosteniéndosela con la mano.

Furiosa, María lo increpó:

- ¡TRAIDOR HIJO DE PUTA! ¿QUÉ TIENE ESA PAQUITA QUE NO TENGA YO?

Marquito con todo el placer desbordándole su rostro respondió:

- ¡¡¡PARKINSON!!!